En artículos anteriores os poníamos de manifiesto varios aspectos a tener en cuenta a la hora de elegir un coworking. Allí destacábamos la importancia de contar en nuestro lugar de trabajo con un espacio separado del resto, ¿por qué? Vamos a intentar explicarlo mejor:
La sala de reuniones.
Estamos acostumbrados a espacios de coworking abiertos, que favorecen sin duda una de las ventajas de estar instalados en ellos, el networking. Sin embargo, contar con un espacio cerrado, dentro de las mismas instalaciones, puede ser una buena alternativa para el desarrollo de nuestro trabajo diario.
¿Cómo debe ser una buena sala de reuniones?
En primer lugar, debe ser un espacio amplio, bien iluminado, con buena ventilación e, importantísimo, estar bien separada e insonorizada con respecto al resto de espacios comunes.
Debe tener una gran mesa, o varias, en la que quepan varias personas. Debemos tener en cuenta el aforo de la sala. Sillas cómodas y espacios de almacenaje si fuera necesario, en el caso que tengamos que guardar material.
Importante; un proyector o pantalla grande, para poder exponer presentaciones y mostrar audiovisuales, que hagan de nuestro speech algo más ameno y atractivo. Y si fuese necesario, una pizarra para apuntar las ideas más interesantes y compartir opiniones.
¿Para qué podemos usarla?
Tener acceso a una sala de reuniones puede ser infinitamente favorable en casos como los siguientes:
Reuniones con clientes. Poder reunirnos en un espacio más íntimo puede acercarnos a conseguir mejores relaciones con los clientes. Además de esta manera no molestamos al resto de coworkers que comparten instalaciones con nosotros y podemos desarrollar la reunión de forma más profesional.
Entrevistas. ¿Nuestro negocio ha crecido y tenemos la oportunidad de contratar a nuevos empleados o colaboradores? En un espacio separado de las zonas comunes conseguiremos más complicidad con los entrevistados, además de conseguir que se encuentre más cómodo o menos nervioso.
Conferencias y talleres. Una buena sala de reuniones cuenta con proyector o pantalla. Por tanto es perfecta para la realización de conferencias y talleres que acerquen nuestro trabajo a más gente, sin molestar al resto del coworking. Además pueden alquilarse estas salas para personas externas, convirtiendo el espacio de trabajo en algo mucho más multifuncional.
Exposiciones. ¿Queremos mostrar nuestro trabajo? Estos espacios pueden ser perfectos para exhibir de forma diferente y organizada el fruto de nuestro esfuerzo de los últimos meses o años. Además de servir de trampolín para que nos conozca más gente u otros profesionales del sector.
Eventos y celebraciones. ¡Siempre hay algo que celebrar! Ya sea un aniversario de la empresa, de algún empleado o la consecución de un nuevo contrato, una sala de reuniones puede ser perfecta para compartir las alegrías con el resto de coworkers, amigos y clientes. Siempre, por supuesto, sin influir en el trabajo de los compañeros de oficina.