Llevamos muchas entradas en este blog, y aún no habíamos tenido tiempo de incidir en estos dos aspectos importantes, según nuestra opinión, a la hora de escoger y estar a gusto en un espacio de trabajo compartido.
¿Los analizamos más a fondo? ¡Vamos a ello!
Comodidad
Básico, quizás hasta podemos darlo por supuesto, pero no por ello vamos a dejar de insistir en ello. Un espacio de trabajo confortable es sinónimo de un trabajador más productivo. Son muchos los aspectos que podemos enumerar al respecto:
- Mesas amplias: No queremos estar compartiendo una mini-mesa con otros coworkers, y que apenas tengamos espacio para nuestro ordenador. Un buen escritorio además de ser amplio, debe tener una altura correcta, y una buena distribución, trabajar mirando a una pared tampoco es gusto de nadie ¿verdad?
- Sillas: ¡comodidad por favor! Es cierto que las hay para todos los gustos y colores, no pedimos sillones de masaje (…se trata de trabajar) pero tampoco sillas de instituto o plegables. Vamos a estar muchas horas sentados en ellas, y cualquier asiento no vale para evitar más adelante dolores de espalda u otros problemas.
- Material de trabajo: aquí incluimos todo lo que vamos a necesitar para desarrollar correctamente nuestro trabajo, desde material fungible, un teléfono fijo, buena conexión por wifi, un espacio de almacenamiento, o un servicio de reprografía adecuado.
- Servicios: no sólo de trabajar vive un coworker, un espacio para poder comer, tomar un café o simplemente descansar unos minutos durante una larga jornada es siempre aconsejable. Toma nota de estos espacios antes de elegir tu coworking de referencia. No podemos olvidarnos de los baños, sí, también vas a hacer uso de ellos y te interesa echarles un ojo antes. No digas que no te lo advertimos.
- Diseño: ya os hemos hablado del concepto “cool working”, la elección del espacio, su diseño no está en absoluto reñido con la comodidad. Un lugar elegante y moderno, adaptado a las necesidades y comodidades de cada usuario es vital en el día a día de tu jornada laboral.
Flexibilidad
Si decimos que un autónomo o freelance no tiene horarios, no te vamos a descubrir nada nuevo. Cada trabajador tiene su horario, no todos paran a comer, o a echar una siesta. Sus jornadas pueden variar de un día a otro según la carga de trabajo, por lo que el coworking debe ofrecer, y tener muy en cuenta, una alta tolerancia en lo que a horarios se refiere. Poder entrar y salir de tu espacio de trabajo cuando lo necesites es, por sí solo, un aspecto imprescindible a tener en cuenta. Además, tener la oportunidad de que, aunque olvides algún documento importante, puedas hacer una llamada y acceder a tu espacio sin importar el día o la hora, es esencial.