Algunas personas que trabajan por cuenta ajena desde su casa o desde una oficina alquilada aún se muestran reacias a irse a un coworking a realizar su actividad laboral. Es decir, a un espacio de trabajo adecuado que cumpla todas las garantías para desarrollar su día a día laboral.
A través de este artículo queremos derribar algunos falsos mitos y creencias que se suelen decir de trabajar en un coworking, para demostrar que no muchas veces esos argumentos tienen poco fundamento.
1. Es muy caro. Uno de las principales barreras a la hora de trabajar desde algún coworking es el precio. Argumentos como “no voy a pagar cada mes por irme fuera de casa a trabajar” o “prefiero ahorrarme el dinero” son comunes. Sin embargo, estos argumentos se desenmascaran fácilmente. La tarifa habitual del coworking no está vacía, ya que incluye el alquiler de un espacio, con una mesa, en muchos casos una cajonera, en un lugar en el que sueles tener una sala de reuniones y un office desde el que relajarte o tomar un tentempié. Además, trabajando desde un coworking te ahorras los gastos de la luz, calefacción e Internet. ¿Te has parado a pensar lo que gastas si tienes que estar en tu casa con la calefacción puesta todo el día y las luces encendidas?
2. Es un sitio incómodo. Hoy día un coworking está muy adaptado a las necesidades de los trabajadores. La mayoría de ellos tienen todas las comodidades necesarias, como mesas adecuadas, sillas cómodas, luces, servicio de impresión y fax, etc. La idea de ‘estar como en casa’ se ve superada por ‘estar en una oficina equipada’.
3. Hay mucho ruido. Otro de los argumentos con lo que se suele atacar a los coworking es que hay mucho ruido. “La gente habla entre ellos” o “no paran de colgarse al teléfono” son frases que sirven como premisa para los que no han ido nunca a estos espacios. En un coworking la gente va a desempeñar su trabajo. Las personas, cuando hablan, lo hacen de forma normal, como en cualquier otro sitio.